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Diferentes estudios efectuados han lanzado concluyente datos: en España, cada ciudadano consume más de 170 litros de agua… al día. Estamos entre los 5 países de la UE con la tasa más alta de consumo de agua por habitante.
El agua del cuarto de baño
En nuestro hogar, el lugar donde más agua gastamos es de forma fácil identificable: el baño. En datos, un llenado medio de bañera consume entre 150 y 200 litros de agua, mientras que en una ducha gastamos de cincuenta a cien litros. La diferencia es clara, y en ella se basan los consejos de usar la ducha preferiblemente sobre la bañera, sobre todo en temporadas de sequía o falta de lluvia.
Además del momento del baño o bien ducha, al tirar de la cisterna gastamos entre ocho y 10 litros de agua cada vez, y unos 12 litros cada minuto que tenemos corriendo el agua del lavatorio. De esta forma, en el aclarado del afeitado podemos gastar más de setenta litros.
¿De qué manera evitar estas cifras? Lo primero es alterar algunos de nuestros hábitos del cada día. Entre los más esenciales está no dejar el grifo de agua corriendo. En el instante del cepillado de dientes, podemos usar un vaso de agua. Para el aseo personal, mejor la ducha que el baño en la bañera. Una medida de ahorro importante es utilizar dosificadores en los grifos, que supriman el peligro de perder una cantidad de agua capaz para la alimentación, de una forma innecesaria.
En lo tocante al estado de los grifos, las gotas que observamos no son cuestiones banales. Diez gotas en un minuto pueden provocar una pérdida de dos mil litros de agua potable al año.
El inodoro no debe ser utilizado como papelera, para tirar cualquier producto de higiene masculina o bien femenina, y a continuación tirar de la cadena. Este género de acciones pueden consumir sesenta litros diarios. Otra utilidad muy eficaz es instalar en los inodoros mecanismos de doble descarga, con dos pulsadores. Uno de ellos con descarga de 3 litros y el otro una descarga total de diez.
La cocina
Los electrodomésticos que nos hacen la vida un tanto más simple consumen mucha agua. La lavadora puede ocasionar el gasto de hasta setenta litros de agua, y en lavaplatos más de 20, conforme capacidades y modelos. Si lavamos la vajilla de forma manual, con el grifo corriendo de forma continua, el gasto puede ser realmente elevado. Entre los consejos para un empleo moderado del agua en la cocina, está la utilización de electrodomésticos de consumo eficiente, esperar a encender ambos electrodomésticos, lavadora y lavavajillas cuando estén llenos, lavar a mano con agua atascada en un seno del fregadero en lugar del grifo corriendo, etcétera
En los alimentos que descongelamos podemos realizar esta acción dejándolos desde un día ya antes en la nevera, acción que además es la recomendada para un adecuado proceso de descongelado. Nunca descongelaremos bajo el grifo. Si bien no lo parezca, actuando así podemos ahorrar más de 20 litros por comestible.
Igual ocurre al lavar los alimentos. Es importante que no lo hagamos con el grifo abierto, y utilicemos un recipiente para ello. El ahorro puede ser mayor a diez litros.
El resto de la casa
Las fugas de agua deben repararse cuanto antes, para evitar consumos superfluos de agua. En la gestión de un jardín familiar, lo idóneo es utilizar plantas autóctonas, que precisan menos cantidad de agua para sostenerse. Por lo que respecta al riego, lo adecuado es hacerlo en las primeras horas del día, o al atardecer. Regando en las horas donde más incide el sol, podemos perder la humedad que estamos aportando, puesto que parte del agua se va a evaporar.
El mantenimiento de la piscina lo vamos a hacer manteniéndola cubierta para reducir las posibilidades de evaporación. Además de esto, con una buena limpieza en profundidad, evitaremos tener que mudar el agua a lo largo de un buen periodo de tiempo.
En la limpieza y lavado de nuestro automóvil, tenemos que estimar realizar esta acción con un cubo mejor que con una manguera. Con una manguera y el agua corriendo consumiremos diez veces más agua.
El jardín y las zonas verdes
Con la fabricación de un pozo, podremos regar las zonas verdes de nuestro jardín, sin tener que usar para esto agua potable. El riego del césped y otros usos exteriores puede elevar en más de un cincuenta por ciento el consumo de agua en el hogar. Y de la cantidad usada, probablemente ni la mitad servirá para la meta buscado.
La utilización de un buen abono en el jardín para a asistir a reducir el consumo de agua. Entre las propiedades de estas sustancias está la dispersión en el nivel superior del terreno, conservando la humedad, optimizando la temperatura y eludiendo la proliferación de malas hierbas. De este modo, puede retenerse el agua en el suelo.
Otra medida eficaz para un consumo conveniente de agua en el jardín es emplear riego por goteo, en vez de irrigadores. Además, al cortar el césped, si no retiramos bien los restos, podemos estar formando una especie de barrera que va a impedir que el agua llegue a las plantas. El césped no necesita ser regado día a día, bastará con una vez a la semana.
El control del gasto en algunos países
En la mayoría de los países en desarrollo, el suministro de agua no se controla de una forma pormenorizada. Los medidores o bien contadores no marchan apropiadamente, o bien no existen. De esta manera, ni los departamentos pertinentes llevan un control efectivo del consumo, ni los usuarios finales saben con precisión el agua que gastan. Es esencial motivar a los usuarios a la instalación de dispositivos de ahorro de agua a la hora de construir sus residencias. La idea clave es que la finalidad de estos dispositivos controladores no es únicamente de control por la autoridad pertinente, sino más bien para potenciar un uso eficiente el agua y ahorrar dinero.