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¿Te agradaría ahorrar energía en casa? ¿Necesitas nuevas ideas a fin de que el ahorro en la economía familiar sea realmente efectivo? Cuando charlamos de ahorrar energía enseguida nos viene a la cabeza cambiar ciertos hábitos (cerrar grifos, apagar luces…) o plantear la sustitución de algunos elementos de nuestro hogar (bombillas de bajo consumo o bien electrodomésticos con mejor calificación energética por ejemplo). Algunas de estas medidas ya las hemos compendiado en artículos como el de “Prácticas inteligentes para el ahorro de agua y energía”.
La realidad es considerablemente más extensa que estas simples acciones si lo que verdaderamente deseamos hacer es reducir el gasto energético en casa. A grandes rasgos podemos decir que para mejorar la eficacia energética de nuestro hogar las actuaciones que podemos implementar pasan por 3 pilares básicos:
Actuar sobre elementos compositivos de nuestra vivienda. Implican obras y en el momento que los ponemos pasan a ser parte indisoluble de esa residencia. Esto es, que si nos vamos no los vamos a poder desmontar y llevárnoslos.
Actuar sobre elementos funcionales de nuestra casa. Eminentemente implica actuar sobre instalaciones y aparatos o bien electrodomésticos. Ciertas de estas actuaciones pueden ser desmontables y readaptables para otras residencias.
Actuar sobre los hábitos rutinarios de todos y cada uno de los integrantes de vuestra familia. Aunque no lo parezca, es uno de los elementos que más pueden distorsionar la comparativa entre la eficacia en los consumos entre diferentes hogares.
Ahorrar energía en casa: aspectos esenciales
Con los tres puntos que os hemos indicado anteriormente ya os hemos dado una pista clarísima por donde pueden ir los tiros en el momento de proponernos, de una manera decidida, conseguir ahorrar energía en casa.
A continuación os planteamos cinco formas de reducir el gasto de energía a modo de bultos con las que contribuiréis también a la reducción del importe de vuestras facturas:
Obras para mejorar la eficiencia energética
A lo largo de la vida útil de una vivienda se efectúan varias obras. Ciertas son reformas para amoldar el empleo a las nuevas necesidades que plantean los usuarios. Otras obras las englobaríamos dentro de un proceso normal de mantenimiento de la finca. Y por último tendríamos las obras asociadas a intervenciones de rehabilitación ocasionadas por el deterioro de la finca por un bajo o nulo mantenimiento.
Aprovechar todas y cada una estas obras para mejorar la eficacia energética de una vivienda es una ocasión que no podemos dejar pasar. Si no se nos ocurre qué o bien de qué manera intervenir en esta línea, os recomendamos que os pongáis a cargo de un experto en la materia (un arquitecto técnico o un arquitecto técnico por poner un ejemplo).
A rasgos generales os afirmaremos que las intervenciones más claras en esta línea son las que mejoran el aislamiento térmico de los elementos envolventes, esto es, (testeras, medianeras y cubiertas). En estos casos la solución pasa por añadir aislamiento térmico, ya sea por el interior o por el exterior. Otras de las intervenciones en esta línea son la sustitución de ventanas por otras con ruptura de puente térmico y dotadas de cristales con cámara y de baja emisividad térmica. Probablemente sean las intervenciones más importantes que os planteamos, mas asimismo son las más efectivas para poder ahorrar energía.
Mejora las instalaciones
El salto evolutivo y tecnológico en las instalaciones es impresionante. Desde sistemas de producción de energía más eficientes (cogeneración) pasando por fuentes de energía más baratas y respetuosas con el medio ambiente (biomasa), hay un amplio abanico de opciones. Aun la aplicación de la domótica al control de las instalaciones y elementos es una alternativa a evaluar.
También podemos incidir en el diseño de las instalaciones para mejorar su eficiencia. En muchas ocasiones basta con aplicar algo de sentido común en estos casos.
Sustituir los electrodomésticos
Miremos donde miremos de nuestro hogar vamos a ver un aparato electrónico. En el momento que su vida útil llega a su fin optemos por sustituirlos por otros con mejor calificación energética. Solo va a bastar con que miremos la etiqueta energética. Esto implica ahorrar energía de una manera directa.
Mantenimiento en general
En el momento en que nos adquirimos un vehículo acostumbramos a preguntar el manual de mantenimiento. Pues en nuestro hogar pasa lo mismo: asegurar que las ventanas cierran bien, que el desempeño de la caldera es el adecuado, purgar radiadores, limpiar las placas solares, restituir elementos deteriorados por el paso del tiempo… Todas estas intervenciones son básicas para asegurar la eficiencia energética y asimismo para prosperar el buen estado de nuestro hogar en su conjunto.
Cambio de hábitos
Y cuando todo lo precedente lo tenemos, llega lo más esencial sobre lo que incidir: nosotros mismos. El empleo racional de las energías basado en unos hábitos convenientes es lo que por último nos permitirá reducir el consumo de energía de una forma efectiva. Acciones como: poner lavados a baja temperatura, no meter comestibles calientes en la nevera, abrir la nevera lo imprescindible, no dejar electrodomésticos en stand by, ajustar la temperatura de la calefacción, de la refrigeración, del congelador o bien del frigo a niveles razonables, apagar las luces cuando no las precisemos, apagar la calefacción si estaremos un periodo largo fuera de nuestro hogar…. ¡Hay infinidad de acciones centradas en cambios de hábitos personales!